El pasado 29 de Septiembre, llegamos a la Isla Mahé donde se encuentra
la capital de la República de Seychelles, Victoria. Seychelles está conformado
por un grupo de 115 islas, y pertenecen al continente africano. La vista que se
tiene desde el ingreso, es realmente hermosa, su agua es verde cristalina y su
clima muy similar al de Colombia, entre los 25 y 30 grados, bastante fresco.
Durante nuestra estadía, el miércoles 30 de septiembre fuimos visitados
en el ARC “7 de Agosto” por personal de la Policía Marítima de Seychelles por
un lado, y los de Guardacostas del mismo país, por otro. Para cada grupo se
organizó un plan de eventos especial ya que las dos capacitaciones se llevaron
a cabo de manera simultánea.
Los integrantes de la Policía Marítima en general, recibieron
información de cómo está organizado el cuerpo de Guardacostas de Colombia, sus
capacidades y las unidades con las que realiza las diferentes operaciones;
realizaron ejercicios en la bahía de la Isla Mahé con el bote tipo defender y
bajo la supervisión del personal de tripulación de la lancha, lo operaron por
breves instantes.
Por su parte, el personal del grupo de Guardacostas, conoció de manera
detallada los diferentes sistemas electrónicos de seguimiento a contactos,
traqueo y designación, los sistemas y equipos de navegación, de comunicaciones,
sistema de fondeo, sistema de propulsión y generación eléctrica y recibieron
instrucción básica de control de averías.
Al final los visitantes manifestaron su agradecimiento con los eventos
desarrollados, además que constataron las capacidades y profesionalismo del
personal de la Armada Nacional de Colombia.
Les cuento que caminar desde el muelle donde arribó el
buque a la zona central era relativamente cerca, pero para ir a las playas
había que esperar transporte público ya que son bastante distantes. Es una Isla
realmente costosa debido a que el turismo es el motor de su economía, aspecto
que comentamos con diferentes colombianos radicados en el exterior y que
estaban de vacaciones en la isla y al escucharnos hablar o ver la camiseta de
la selección Colombia, se nos acercaban para conversar y alegrarse de vernos en
este lugar tan alejado de nuestro país. Con el grupo que salimos a recorrer la
isla, tuvimos la oportunidad de encontrarnos primero con una pareja de recién
casados, ella de nacionalidad española y él de Bucaramanga (Santander) que se encontraban
de luna de miel y posteriormente con otra pareja, ella era de Bogotá y el
esposo de Estados Unidos.
Se siente emoción hablar de nuestra tierra con compatriotas que hace
rato no la visitan, nosotros para ellos somos la representación de eso que
tanto añoran y dejaron atrás hace algunos años, las expresiones en sus rostros
son de felicidad, ellos al escuchar nuestro diferentes acentos preguntan de que
región somos y nos van contando si han visitado esa parte de Colombia y sus
recuerdos.
Uno de los aspectos que nos sorprendió fue encontrar a las 7 de la noche
todo el comercio cerrado, hasta los restaurantes, muy pocos estaban abiertos;
tampoco encontramos un bar o una discoteca, nos dijeron que la discoteca se
abría los viernes solamente. En la playa Beau Vallon el día miércoles en la noche,
encontramos una especie de feria, donde se ubicaron varios puestos de comida
típica, de venta de souvenires y ropa para playa, sobre las 8 de la noche hubo
bailes típicos de la región y la gente de la Isla llegaba con su vehículo,
música, amigos y licor a pasar un rato de diversión.
Con sinceridad, es el primer puerto en el que no se realizan tantos
eventos protocolarios, que por lo general cubren los dos primeros días de los
tres que estamos en puerto. Ustedes pensaran que cuando la tripulación llega a
puerto inmediatamente se bajar a pasear, descansar y disfrutar, pero no es así,
diariamente se queda la guardia que vela por la seguridad de la unidad, así
mismo si algún departamento tiene trabajos pendientes que no se han podido realizar
en altamar se queda el personal a solucionar los problemas o se van a buscar
los repuestos o material que necesite algún equipo que tenga novedades; la
gente de logística siempre utiliza los primeros días para ir a buscar los
víveres que hacen falta, eso implica recorrer gran parte de la ciudad,
averiguar si el supermercado tiene los productos o su equivalente para nosotros
y poder cocinar nuestros menús típicos, además de esperar las entregas en el
buque y verificar que los productos se encuentren en condiciones óptimas. Uno
de los productos que no volvimos a encontrar fue la yuca, otro producto que fue
difícil conseguir en algún punto del viaje fue el plátano, producto básico para
nuestra gastronomía.
El viernes 2 de octubre zarpamos muy temprano y fondeamos en la bahía de
Seychelles hasta las 11 de la noche cuando continuó nuestra navegación. Quiero
contarles el motivo de nuestro fondeo durante este día, el hijo de uno de
nuestros Suboficiales que tiene 15 meses de edad, fue atacado por un perro en
su cabeza generándole una fractura de cráneo, esto ocurrió llegando a la Isla,
durante esos días nuestro tripulante estuvo esperando como avanzaba la cirugía
y recuperación de su hijo. En Colombia el mando naval estuvo muy atento a
acompañar a la esposa de nuestro tripulante, así como la esposa del Comandante
del ARC “7 de Agosto”; se hicieron las gestiones para facilitar el viaje por
avión inmediato desde la isla hacia Colombia. Se autorizó la salida y solo
quedaba pendiente la verdadera necesidad del viaje a la luz de la evolución del
niño, al cual era el dictamen médico, y averiguar los requisitos de visados, ya
que el avión pasa por Europa antes de continuar a Colombia. Paris se consideró
como la conexión más apropiada, pero debíamos averiguar los requisitos de
tránsito.
Por eso se desembarcaron a la Isla, nuestro compañero de navegación en
compañía del Segundo Comandante y otro Oficial; se trasladaron hasta la sede de
la Embajada de Francia para que le fuera efectuar trámites de visa de tránsito y
continuar a Colombia. Pero no fue necesario, ya que no se requiere en este
caso, en el cual se transborda de un avión a otro, sin salir del aeropuerto.
Ahora solo faltaba la evolución del estado de salud del menor. Finalmente en
horas de la noche para nosotros (debido a que estamos 9 horas delante de
Colombia), fuimos informados que el parte médico era positivo, con una
evolución altamente esperanzadora. Además el apoyo que se estaba dando por
Armada y la atención personal a la señora madre del bebé, era permanente. Así
que después de sopesar concienzudamente la situación, nuestro tripulante vio
viable, permanecer a bordo, ya mucho más tranquilo.
Dejamos uno de los lugares catalogados entre los
hermosos del mundo, pero en mi opinión nuestras islas del Archipiélago de San
Andrés, Providencia y Santa Catalina, son tan bellas o quizás un poco más, compuesta
por varios cayos y pequeñas islotes, en las cuales ejerce soberanía nuestra
Armada Nacional que hace presencia con nuestros Infantes de Marina, y que son
el paraíso terrenal para aquellos que hemos tenido la oportunidad de conocerlos;
tenemos el mar de los siete colores, la Reserva de Biosfera Seaflower con una
riqueza marina incalculable y que es protegida; su gastronomía es maravillosa y
existen diferentes tipos de turismo en las Islas de San Andrés y Providencia,
siendo esta segunda isla más tranquila con un turismo y topografía similar a la
de Seychelles. Colombia es un país inmensamente rico, bello y con un potencial humano
tan valioso, que nosotros mismos no alcanzamos a dimensionarlo.
Nos hacemos nuevamente a la mar, con la convicción de alcanzar los
objetivos de la misión encomendada y el sentimiento de poder abrazar
prontamente a nuestras familias y amigos, que se encuentran en nuestros
recuerdos sobre ese muelle de la Base Naval ARC “Bolívar” en Cartagena, donde
la gran mayoría de la tripulación los vimos por última vez.