Hoy
no es día cualquiera, es el primer día de un nuevo rumbo en la vida de las 83
almas que emprenden esta nueva singladura y de los cientos que quedan en tierra
a la espera de su regreso.
Uniformes
blancos impecables se ven colgados y organizados en los camarotes desde muy
temprano en la mañana. Son pocas horas las que restan para el zarpe y la
despedida definitiva de los familiares que se aglomeran en el muelle de la Base
Naval ARC “Bolívar”, mientras tanto ellos aprovechan para dar las últimas
palabras de aliento, apoyo y de sabiduría a los tripulantes del buque.
Si
fuese fácil explicar los sentimientos en su manera más pura y limpia, el mundo
sería un mejor lugar, pero la cantidad de emociones que se sienten y perciben
en el ambiente de este momento no tienen explicación, en los que cada segundo
cuenta para estar más cerca de quienes se aman, de aquellos que no quieren
vernos partir y nosotros dejar, de aquellos que nos han acompañado desde
siempre…
¡Proa al cumplimiento de la Misión!
Cada nuevo día es un milagro, una
oportunidad para iniciar, continuar, finalizar cualquier cosa que decidamos,
pero hay días que por su importancia hemos decidido llamar “Día D” y eso era
para la tripulación del ARC “7 de Agosto” el
sábado 27 de junio del 2015, fecha en la que zarpó el buque con destino
a participar por primera vez para la Armada de Colombia,
en las Operaciones Humanitarias Internacionales “Atalanta” y “Ocean Shield”.
Tantos meses de entrenamiento, de
alistamiento, de organización, planeación, verificación minuciosa de sistemas,
arreglos de último momento, habían llegado a su fin. Todo estaba hecho y las
horas eran contadas para los hombres y mujeres de mar que se embarcarían
alrededor de cinco meses, en este Patrullero Oceánico construido por Cotecmar y
entregado a la Armada Nacional a finales del año 2013.
Desde muy temprano llegaron las
familias al muelle de la Base Naval ARC “Bolívar” para la ceremonia de
zarpe. Allí estaban padres, madres,
esposas, hijos, suegros, tíos, sobrinos, con una gran cantidad de sentimientos
encontrados. Felices al ver escalar a los tripulantes del buque un peldaño más
en su vida militar, al obtener este reconocimiento y confianza por parte de la
Institución Naval para representarla internacionalmente y tristes al no querer
ver su partida por tanto tiempo. El mismo sentimiento inundaba a los
tripulantes expectantes de esta nueva aventura y misión.
Cientos de corazones sobre ese muelle
se unieron y así se mantendrán hasta finalizar la Operación, elevando plegarias
al Todo Poderoso para la protección de esta Unidad. Así mismo, cada uno de los
tripulantes rogará al Dios de los Marinos poder cumplir con las labores
encomendadas en la misión y retornar al seno de su hogar, victoriosos, como lo
merecen!
Y
así fue, el buque zarpó y fondeó a la salida de Cartagena para la última
inspección antinarcóticos, que le permitió a la unidad el inicio de su viaje
sobre las siete de la noche. Pero antes el Comandante de la Unidad se reunió
con todos los Oficiales, donde se realizó una presentación de aquellos que
durante estos meses se encontrarían en comisión y donde habló de los
principales aspectos a tener en cuenta, entre ellos “La disciplina”, aquella que le permite a cualquier
persona alcanzar cada una de sus metas y
que durante este viaje nos permitirá cumplir la misión, teniendo en cuenta los
más mínimos detalles, aquella que ante una emergencia en altamar nos permitirá
salvar nuestras vidas y la de los demás tripulantes.
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