Hemos emitido nuestra cuarta edición de “La Fortaleza” y su
editorial, dice así:
Ya nos encontramos navegando en la última pierna de nuestra
derrota en el Mediterráneo con rumbo a Port Said antes de cruzar el canal de
Suez en tránsito hacia el área de operaciones. Durante la semana que pasó desde
nuestro último semanario, el viento y la mar continuaron favorables lo que nos
permitió efectuar varios eventos y maniobras importantes.
El 20 de julio, lo primero fue una obra de teatro por parte
del equipo de “protagonistas de novela
del departamento de ingeniería”, quienes nos trazaron la senda de los actos
culturales iniciando la conmemoración de 205 años del grito de Independencia,
que buen acto! Felicidades ingenieros. Acto seguido se dio paso a celebrar de
que prácticamente el 90% de la tripulación dejamos de ser neófitos al
adentrarnos, por primera vez, en los dominios del dios Neptuno navegando más
allá del meridiano cero, el de Greenwich; compartimos y brindamos con una
“selecta bebida de la casa”, un poco laxante para algunos (y cuyos ingredientes
permanecen secretos…), sin embargo este hecho memorable para todo marino, lo
ameritaba.
Seguimos con un evento de compañeros, almorzamos en nuestra
cubierta de vuelo y compartimos un momento agradable. Por último de este día
especial, hemos rendido honores formalmente a nuestro himno, escudo y pabellón,
sintiendo un orgullo especial en el corazón.
El 24 de julio fue alborada naval, recordamos el día de
nuestra Armada Nacional. ¡Feliz día para todos! Que mejor forma de celebrar
este día que maniobrando en la mar en ejercicios navales con una unidad de una
armada aliada, amiga e importante como la Armada Alemana. Programamos un
encuentro en la mar frente a la isla de Creta con la patrullera misilera
Hyäden, demostrando nuestras capacidades aeronavales con la simulación de
ataques aéreos con el ARC 225 hacia esa unidad; luego nuestra URR la BP 444,
hizo lo propio desde el mar. Se demostró la capacidad de desembarco de
rescatistas desde el helicóptero sobre la plataforma alemana y por último una
maniobra de aproximación en la mar tipo light line transfer, en la cual
navegando ambos buques en forma paralela, nos transferimos intercambio de
presentes a través de la línea que nos unía. Un saludo efusivo de las
tripulaciones y un bravo zulú, para ambas unidades.
Desde el aire nuestro maravilloso fotógrafo, el señor
Sargento Ervin Maldonado, registraba el profesionalismo de nuestro personal en
todas las maniobras, dejando así testimonio para la historia, de este memorable
día de la primera operación combinada de una unidad de guerra de Colombia con
otra unidad de guerra, en este caso de Alemania, en el mar Mediterráneo.
Felicitaciones Orcas!!!
El día terminó con una ceremonia conmemorativa del día de la
Armada, en donde leímos una síntesis histórica de la Institución, impusimos el
distintivo de especialidad a tres oficiales que cumplieron sobradamente con los
requisitos; ellos fueron los señores Teniente de Corbeta Julián Carmona, José
Moreno y Roger Serrano. ¡Felicitaciones caballeros! Además formalmente se
entregaron los diplomas que el dios Neptuno se dignó enviar a sus súbditos al
haber osado cruzar sus dominios.
Por si fuera poco en esta semana llena de hechos estupendos,
hicimos arribo al puerto de la OTAN en Creta, tomamos combustible y nos
dirigimos al puerto de la Armada de Grecia (Armada Helenistica) en Souda, y que
es el puerto de la cercana Chania. Este puerto quedó grabado en nuestros
corazones; es hermoso, tranquilo, especial. A pesar del idioma, más de una
desconsolada dejaron nuestros marinos… y quien sabe algún desconsolado también,
eso solo lo saben ellas... Definitivamente un colombiano no se vara y así fuera
a punta de traductor de google, estos tripulantes se hacían entender. Bien por
todos, muy bien!
Fuímos a la Nato Maritime Interdiction Operational Training
Center (NMIOTC) en donde el Comodoro y su equipo nos atendieron de lujo, nos
hicieron un entrenamiento especial teórico y práctico en una jornada solo a
nuestros guardacostas, Fuerzas Especiales y el grupo de visita e inspección del
ARC “7 de Agosto”; en otra jornada, nos actualizaron con los aspectos legales.
Nos entregaron hermoso y muy representativo diploma por asistir al
entrenamiento pre-despliegue al área de operaciones y durante la visita al
buque de las autoridades y oficiales griegos, nos felicitaron por este buque y
sus capacidades. Otra felicitación más toda la tripulación.
En fin, de rodillas y con mucha humildad debemos dar gracias
a nuestro Dios por todo lo que nos permite y por darnos el honor de dejar el
pabellón tricolor muy en alto.
Querida
tripulación:
Desde el primero de mis Infantes de Marina, hasta el Segundo
Comandante siéntanse muy orgullosos de sí mismos, de su amor institucional y su
profesionalismo, Dios y la Patria, lo reconocen; permítanme por favor a mí
también, hacerles un reconocimiento cariñoso y formal. Sigan así (sin golpear
las puertas) y alcanzaremos la gloria para nuestra Armada y nuestro País.
Con aprecio sincero, de su Comandante, que se siente
orgulloso de cada uno de ustedes,
Capitán de
Navío Darwin Alberto Alonso Torres
Este el tercer artículo de “Los hijos de la Operación Atalanta”:
“La vida es como el mar, después de la
tempestad viene la calma, algo bueno siempre pasa”
Esta es la historia de Alex, Ana y Joel
El Infante de Marina Profesional Alex Fabián Montoya Zapata
de 28 años de edad, se encuentra en comisión en el buque y fue asignado como
asistente de cámara y a una de las ametralladoras. Prestó su servicio militar como Infante de
Marina Regular en Puerto Carreño, Vichada, y regresó a la vida civil por muy
corto tiempo, ya que le fue descubierto a su madre cáncer de cérvix “yo tenía
que responder por mis dos hermanos menores y por mi mamá, la situación
económica me estaba quedando muy apretada y buscando de un lado para otro, solo
me salía trabajo en construcción, yo hablé con mi mamá e hice un préstamo y me
incorporé nuevamente en el año 2009”.
Durante los seis años que aproximadamente lleva en la
Institución Naval ha pertenecido al Batallón de Infantería de Marina No.41 y se
ha desempeñado como radioperador de su patrulla en diferentes lugares del
Pacífico colombiano. Hace tres años su madre falleció del cáncer que hizo
metástasis en sus pulmones, “esa fue la única vez que pensé en irme de baja,
pero me gusta mi trabajo y lo que hago, nunca he tenido ningún tipo de
inconveniente con superiores o compañeros
y decidí quedarme”.
Después de sus vacaciones a principio de año, regresó a
Tumaco y en el Batallón le dijeron que lo habían propuesto como candidato para
una comisión sin mayores detalles, “la verdad no creía que existiera la
posibilidad de ser seleccionado, debido a la situación de orden público en
Tumaco y pensaba que el Batallón no dejaría ir a alguno de sus miembros”,
además se encontraba a la espera de un traslado debido al tiempo en la Unidad,
anhelando que fuera para el Caribe y así estar cerca de su esposa; pero fue seleccionado y superó las pruebas
médicas. Ya en Cartagena se enteró de los detalles de la Operación, “fueron
muchas emociones, de felicidad por la posibilidad de participar en tan
importante misión, de angustia porque mi esposa se encuentra embarazada y no
sabía si me iba a apoyar, pero al final lo entendió y me apoyó”.
Su esposa se llama Ana Yashira Mendoza, tiene 27 años y la
conoció en un bautizo en San Bernardo del Viento en Córdoba, al cual fue
invitado por un compañero que resultó ser el hermano de su esposa. Nunca
imaginó que se fuera a fijar en él, le pareció muy seria. Empezó a llamarla
desde Tumaco, se hicieron novios y luego de 10 meses de relación se casaron en
el mismo municipio donde se conocieron, “mi familia que es de Medellín al principio
estuvo muy reacia al matrimonio, por la distancia que nos iba a separar desde
el inicio de nuestra vida de casados y porque con el paso de los años cuando
surgieran los problemas ellos no iban a estar presentes para apoyarnos, pero
hoy en día las relaciones están muy bien”. Durante su matrimonio me dijo que
había dicho unas palabras y entre ellas la siguiente frase, “El pasado no me
asusta, el presente lo construyo y el futuro es para mis hijos”.
El Infante Montoya describe a Ana como una mujer que entiende
su trabajo “ella es muy madura y consciente de mi labor, por ejemplo cuando
estaba en Tumaco e ingresaba al área de operaciones, le decía que así como
podía llamarla un día, podrían pasar hasta 2 o 3 meses sin llamarla. A veces le
decía mamando gallo, de que aparezco,
aparezco, ya sea vivo o muerto, alguna noticia va a saber de mí, pero se lo
decía riendo para que no se preocupara”. Por ahora se mantienen comunicados
cuando hay internet en el buque.
Supo que su esposa estaba embarazada porque lo soñó y empezó
a tener mucho sueño en todo momento, “le dije a mi esposa ¿será que usted está
embarazada? Y ella me respondió que no. Le dije que se hiciera la prueba de
embarazo y salió positiva. En ese momento la compañía a la que pertenecía tuvo
unos días de permiso y me fui a visitarla, como se dice popularmente era yo
quien le estaba haciendo la barriga. De regreso casi me bajan de un vuelo
porque estaba muy mareado y vomitando todo el tiempo”, dice Montoya.
Pero ahí no pararon los síntomas del embarazo, “Fui yo quien
tuvo todos los síntomas y ella ni uno solo. Sentía náuseas, sueño, mal genio,
estaba sensible, era yo quien la llamaba y si no me contestaba le decía que
ella no tenía tiempo para mí, que prefería hablar con la mamá. Hasta me dio el
antojo de comerme unos espaguetis con carne y Ana me los hizo pero no me los
pude comer porque quería los de mi tía; tuve que ir a Medellín y mi tía me los
hizo; mi esposa me decía que sentía un fresquito en el estómago y que el bebé
se movía más”. Sé que muchas mujeres al leer este texto desearán que así sean
sus embarazos o que por lo menos sus parejas sientan un poco del malestar que
viven durante los primeros meses.
Al hablar de la experiencia de ser padre el Infante Montoya,
dice que sabe que educara bien a Joel,
como se llamará su hijo, que siempre ha sido responsable y su esposa y él
tienen muy buenas bases para enseñarle valores y muchas cosas, “yo le ayudé a
mi mamá a criar mis dos hermanos menores, el uno tenía 3 años y el otro 6, y yo
tenía 14. Los cuidaba, les hacía la comida, los llevaba de una lado a otro,
estaba pendiente de ellos, así que perfectamente sabré cuidar a mi hijo”.
El momento del nacimiento le causa mucha nostalgia, dice no
arrepentirse de ninguna de sus decisiones pero se siente mal cuando piensa en
el día que le digan que su esposa está en el hospital y no tenga internet, para
poder saber cómo están las cosas debido a que el internet y las llamadas son
muy limitadas; “yo a mi hijo más que pedirle una disculpa o perdón, le
explicaría cuando estuviera más grande, son cuatro o cinco meses que Joel va a
tener cuando lo vea por primera vez, pero toda mi vida gira entorno a ellos; lo
único que me preocupa es volver a Colombia y que me trasladen aún más lejos de
ellos”.
Un día antes de publicar este artículo, el Infante Montoya me
dice “mi teniente ya le quedan 20 días a mi esposa, para que el niño nazca”. Y
así nacerá el primer hijo de la Operación Atalanta. Finalmente me dice “La vida
es como el mar, después de la tempestad viene la calma, algo bueno siempre
pasa, así defino mi vida y todo lo que me ha sucedido”.
*Un agradecimiento especial a los integrantes de la
tripulación que compartieron conmigo su historia y experiencia como padres
primerizos, por los sentimientos expresados y gracias a Dios por permitirme
conocerlos y contar esta etapa de sus historias de vida.
TF Luz Dary Oliveros Rodríguez.
En la sección “Palabras que salen del alma”, el
Capitán de Corbeta Juan Pablo Clavijo Carreño, nos entregó este mensaje:
Para: Diana Marcela Cuevas, mi esposa e Isabel Sofía Clavijo
Cuevas, mi hija.
Inspiración a la mar y a mi amor
Mi mujer, amiga y compañera… mi nostálgica noche en vela
Que acompañas con alegría y llantos mi carrera,
Sé que hoy me recuerdas donde yo fuera
Permíteme hablarte al oído si con esta estrella pudiera
Cual firmamento cobija la mar somera
Darte la calma para que dormir pudieras
Hoy solo nos separan estas aguas cual fronteras
Colocando a nuestro amor titánicas barreras
Y el misterio de tus ojos y el calor de tus labios, sentirlos
cerca yo quisiera
Mas el mar es verdugo en invierno o primavera
Recuerda siempre que amarte es mi pecado,
Que éste, al puerto de tu corazón me ha anclado
Y ahora estoy deseando en este momento llegar al puerto
anhelado
Para saber de ti, y no sentirme desolado
Desde la mar te despido mi musa, mi amor
Recordándote y queriéndote sin control
Esperando que mis palabras lleguen a tu corazón
Y la criaturita que nos brinda calor como el sol
En la sección “El Disocie”, hemos transcrito uno de los
versos del “Libro de la Mosca”:
De la reunión prevuelo este oficial es el ZAR!
y en el 33 al comandante ha de mostrar,
la cédula de vuelo para las alas decolar.
Luz verde en plataforma es su ideal,
pitada que indica que todo marcha normal.
Pero hoy la mosca es lo único que verás,
puesto te atreviste al helo a mandar
a 300 millas náuticas sin remos para llegar.
En el corazón del buque siempre quedarás,
oficial de buena mesa que repela sin afán,
y tus palabras claves son… ¿mi capitán puedo continuar?
El acertijo más grande tú lo portarás,
si vienes de GALAPA – MALAMBO o SOLEDAD,
en la próxima al Ernesto Cortissoz al helo mandarás.
Pero tranquilo mi buen oficial,
que de buena fama gozas en tu andar
ahora paga por ver la mosca volar
esto significa ¡ALAS SOBRE EL MAR!
Teniente de Fragata Moisés Martínez
Menco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario