Cumplimos una semana de navegación en el Golfo de Adén, el cuerno de
África y la cuenca de Somalia. Durante este tiempo, el buque ha transitado por
una zona conocida como el IRTC (International Recommended Transit Canal), que
la comunidad marítima internacional ha designado como recomendada para todos
los buques que navegan desde el Golfo de Adén hacia el estrecho de Bab
El-Mandeb o aguas abiertas del Océano Indico, con el fin de concentrar allí todos los esfuerzos de
seguridad para proteger el tráfico marítimo internacional.
Durante el recorrido, el ARC “7 de Agosto” hace
un llamado a las embarcaciones, informándoles que se encuentra en la zona para
velar por su seguridad y que pueden comunicarse con el buque en caso de
observar alguna actividad sospechosa o ilícita en el área.
Después de cuatro días en el IRTC, el buque se encuentra patrullando en
la cuenca de Somalia, por fuera de su mar territorial que comprende 12 millas
náuticas desde la línea de costa, haciendo presencia que busca disuadir y
detener cualquier acto de piratería.
Precisamente en esta área de patrullaje, se
ha detectado a la motonave “Capitán Osama” que venía navegando a cuatro millas
de costa, haciéndole el llamado y recomendándole alejarse hasta las 13 millas
de costa por seguridad de la embarcación y sus tripulantes. Este monitoreo se
hace a todas las embarcaciones, las cuales atienden los llamados de manera
inmediata.
El helicóptero tipo Bell 412 – ARC 225, al mando del Capitán de Corbeta
Tomás Roncallo Torres ha sobrevolado casi todos los días, algunos de ellos
hasta dos veces, realizando reconocimientos y búsqueda de superficie en las
áreas asignadas y verificando que los buques que transitan por la zona, cumplan
con las “Prácticas para la Protección en contra de la Piratería basada en
Somalia - (BMP)” establecidas por la Eunavfor y la comunidad marítima
internacional, tales como: reforzar la vigilancia con dummies que simulen ser
vigilantes; mejorar la protección del puente y de los accesos a la cubierta
principal del buque a través de mallas; concertinas; placas metálicas anti
artefactos explosivos tipo cohetes; barreras físicas como sacos de arenas;
mangueras con agua de alta presión, entre otras.
Hemos tenido fuertes condiciones climáticas en la zona debido la temporada de vientos monzónicos del suroeste, que entre los meses de junio y septiembre soplan con velocidades de hasta 50 nudos (92 kilómetros por hora) y que generan olas de entre 4 y 5 metros de altura.
Les describiré desde mi punto de vista cómo se sienten estas fuertes
condiciones que para los expertos navegantes son "normales". En algunas ocasiones,
la ola ingresa por la proa (parte delantera del buque) y se siente cuando el
buque se levanta, la ola lo recorre completamente y su proa cae en picada y así
todo el buque. No solo se siente, también se escucha el golpeteo de las olas y el
estremecimiento del buque. Otras veces, el movimiento es de un lado a otro, ya
que la ola ingresa por uno de los costados, durante estos movimientos se siente
como si el buque se fuera a voltear hacia alguno de los costados, a veces cae
más hacia babor (izquierda) o estribor (derecha), y si uno va transitando por el
buque, se ve que la gente camina de forma perpendicular.
Algunas noches, para mí, es difícil dormir, debido a las condiciones tan
fuertes uno siente que lo empujan y se
despierta, o porque las cosas a pesar de que estén a “son de mar”, término
utilizado para indicar que todo debe estar bien cerrado, amarrado u organizado
para que el vaivén no lo derribe, se caen o se abren los cajones. Me dicen que
las femeninas somos afortunadas, ya que nos encontramos en un camarote cerca de
la popa y sobre la cubierta principal donde no se siente mucho el movimiento,
pero la verdad, yo lo siento todo.
Pero todo es parte de la experiencia de la navegación y reitero
nuevamente mi admiración por nuestros hombres y mujeres, que se hacen a la mar
no solo en este buque, sino en los diferentes buques de nuestra Armada
Nacional, ya sean grandes o pequeños, estén en río o en el mar, que desarrollan
operaciones en contra de todos los pronósticos meteorológicos y de los mismos
delincuentes; que en muchas ocasiones obtienen excelentes resultados
operacionales y en otras, regresan a sus bases en tierra sin estos, todos son
unos héroes. Este estilo de vida ha sido dado no solo a los mejores, sino a los
más fuertes mentalmente, porque es "fortaleza" lo que se requiere para estar tan
lejos de sus hogares y concentrados en la misión; es "fortaleza" lo que se requiere
para que sus cuerpos se acoplen a las difíciles condiciones del mar; es
"fortaleza" lo que se requiere para demostrarle a un país que en el mar está su
desarrollo y en nuestro país nos encontramos aún de espaldas a este gran
potencial.
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