Ayer estuvimos de fiesta y cuando aquí se dice “fiesta” todo el mundo se
involucra en el “parche” y se hace por lo alto… el Comandante cumplió años… el
Capitán de Navío Darwin Alberto Alonso Torres, llegó a sus 44 primaveras, de
los cuales lleva cerca de 28 años en la Armada Nacional, toda su vida en esta
Institución.
La preparación se realizó con varios de día de antelación y fue
partícipe su esposa, la Señora Pilar Arias, que desde Colombia nos indicó el
plato preferido y le envió algunos detalles, siendo su apoyo y coordinadores el
Capitán de Fragata Jesús Suarez, Segundo Comandante; el Capitán de Corbeta
Jorge Cabrera, Jefe de Operaciones, entre otros, toda una logística para que
este evento saliera bien.
Durante el alzarriba, se le dio el mensaje de felicitación y se le puso
la respectiva e infaltable canción de cumpleaños. Para el desayuno, los
suboficiales lo invitaron a la cámara de tripulación donde compartió un rico
desayuno como si estuviera en el mejor hotel del mundo, por supuesto nuestro
chef y cocineros ese día se esmeraron para que cada comida fuera aún más
deliciosa que la anterior.
Para el almuerzo, los Oficiales tuvimos la oportunidad de compartir con
él una deliciosa cazuela de mariscos. Después pudo apreciar el video que su familia
le había enviado desde Colombia con fotos de gratos momentos y mensajes de
amor, que a todos nos llegaron al corazón.
Durante la cena, el Comandante compartió con los Suboficiales Jefes que
lo invitaron y agasajaron igualmente.
Ustedes pensaran que esto solamente se hace para el Comandante, pues no…
el Capitán Alonso ha hecho lo mismo por todos los cumpleañeros, propiciando que
sea un día muy especial. Siempre los invita a almorzar a su camarote, el cual
es decorado para la celebración, se coloca la música que el cumpleañero desee,
se le brinda vino y se conversa durante un buen rato; sea el momento preciso
para decir que mi Capitán es un excelente anfitrión y conversador.
Durante el día, el cumpleañero tiene derecho a realizar las llamadas
respectivas a sus familias para que lo feliciten, sin la restricción de los
cinco minutos que tenemos el resto de tripulantes cuando nos toca el turno de
llamada. Además el Capitán Alonso, el día del cumpleaños de la esposa, hijos y
padres de los tripulantes, les permite hacer la llamada para felicitarlos. Esta
es una de las acciones tomadas para bienestar de la tripulación, con el fin de
estar presentes así sea a través de una llamada en las fechas especiales de la
familia.
Pero para esta ocasión dejaré que sea mi Capitán Alonso, quién nos
describa un poco sobre su cumpleaños:
“En toda mi carrera en la Institución he
corroborado tantas veces, que el principal capital que tenemos y que dura toda
la vida es la amistad y aprecio que nos granjeemos de aquellos con quienes
compartimos. Mi mayor orgullo y dicha es que al pasar los años, muchos años, te
encuentres con tus compañeros en cualquier traslado que hayas tenido y te digan
con afecto que se alegran de verte y que te expresen que de alguna forma
impactaste positivamente en sus vidas. Ayer me vi muy sobrecogido por las
diversas manifestaciones de cariño de la cuales fui objeto; aquí me precio de
decir que tengo a bordo amigos que respeto, admiro y aprecio sinceramente. Son
personas buenas, trabajadoras, con muchas cualidades y a las que de verdad,
espero poderles corresponder completamente. Son esos amigos los que lideraron
las actividades de invitarme a compartir los alimentos en sus cámaras; es un
detalle que nunca voy a olvidar. No quiero referirme a nombres específicos por
cuanto puedo pecar de injusto con aquellos que involuntariamente, deje de
mencionar. Sin embargo son muchos, gracias a Dios y mi Virgencita. Los vi
poniéndose sus mejores trajes, alistando todo como para un banquete muy
especial.
Empezando por el desayuno, en donde me sentí tan bien acompañado, tenía
a personas que valoro tanto, sentadas a mi lado; fue un privilegio para mí, que
ellos me honrarán con su compañía. Nos tomamos fotos, charlamos y nos reímos. ¡Dios
les pague queridos amigos!
Luego en la cámara de Oficiales, las atenciones no fueron menos, estaba
con aquellos con quienes a diario comparto en forma más directa, mi segundo
comandante, mis jefes de departamento, que a más de acompañarme, a veces les
toca sufrirme… bien por su nobleza, ninguno de ellos se queda por fuera. Luego
los señores oficiales superiores del buque y que nos acompañan; Luz Marina con
su toque de servicio y de estar atenta a los detalles, situación que en ella
fluye de manera natural, es una virtud a la cual ya nos tiene acostumbrados.
Mis tenientes de navío, que están todos en comisión, pero que así no los vemos
abordo, ellos saben que esta es su unidad. Vienen mis tenientes de fragata y
corbeta y los señores oficiales de Ejército y Policía, que son como uno más de
nosotros, se han acoplado muy bien al grupo y representan muy bien la unión de
nuestras Fuerzas.
De entre los que, hasta donde sé y espero no ser injusto, se
“confabularon” para hacer que este día fuera aún más especial, están Jesús
Suárez, que me dio un regalo de los más especiales ese día: la tarjeta que de
cumpleaños que mi hijita María Paz me elaboró. El la recibió y la imprimió,
siendo el primer detalle de ese día que encontré sobre el escritorio. Además él
como Segundo Comandante, pero no porque eso le correspondiera, sino que le
nació hacerlo, organizó la “orquesta” de actividades del día, mucha gracias
Jesús. Luego Jorge Cabrera, mi Jefe de Operaciones y amigo. A él Pili (el amor
de mi vida) le confió el vídeo y las fotos de mi familia que él, como siempre,
muy juicioso organizó en una presentación hermosa que se rodó en el almuerzo.
Gracias Jorge, el hombre de las chancletas de Creta; esa es otra historia… la
principal historia de su vida es su nobleza y excelsas virtudes de caballero y
profesional, pero principalmente, ser buen amigo.
De entre los tenientes muchos son muy especiales conmigo y ellos, no sé
si lo saben o no, pero les guardo un cariño muy grande; es un afecto que busca
verlos siendo cada vez mejores, por eso no me rindo ante los momentos en que se
salen del “libreto”, no quiero justificarlos, pero ninguno es una persona que
no intente acertar, así no siempre se logre a la primera; pero para eso estamos
los que velamos por ellos. Ellos son mis amigos, por eso les exijo, porque creo
en ellos y los quiero ver siendo infinitamente mejores que nosotros.
En ese almuerzo de cazuela de mariscos deliciosa, tuve regalos de la
tarjeta y la foto firmada con los deseos de todos. Vi el video de mi esposita e
hijitos. Tuve un almuerzo delicioso no solo por los suculentos platos, sino por
el cálido ambiente.
Mi querido y respetado Oscar De La Rosa, nuestro Chef que comparte con
Juan Camargo y Fabián Gómez la dirección de la preparación de las comidas, subió
personalmente a la cámara y con su mejor traje de chef, estuvo verificando que
sus delicias que en compañía de sus dos compañeros de cocina siempre preparan,
pero que para este día fueron aún más maravillosos, se sirvieran como él tenía
previsto. Mí apreciado Oscar: esos detalles muy típicos de tu forma de ser, son
los que te hacen grande y es lo que me honra de conocer de ti.
Gracias a los señores oficiales que con muchos más detalles, palabras
impecables y su cariño, hicieron de la vida de este marino en este día tan
feliz.
Pero eso no terminó ahí, durante el transcurso de la tarde, continuando
lo que ya había pasado en la mañana, subieron varios tenientes y tripulantes,
con detalles como regalo de cumpleaños. Esas cosas no tienen precio. Recibí un
regalo también del sr CC Ignacio Román, Oficial de Enlace de España que nos
honra con su compañía a bordo, un detalle que aprecio mucho.
Y para cerrar con broche de oro este día espectacular, en la cámara de
jefes, los señores jefes y primeros de la Unidad me invitaron a cenar con
ellos; compartir la comida con ellos, fue algo muy especial. Gracias a Marcos
Buendía, que además de ser el Jefe Asesor de Comando, es uno de mis “hijos” de
contingente de entrada a la Armada, ya que en 1.996 el ingresó en el curso 122
a la ENSB, cuando yo era oficial de sección de la compañía de los Grumetes y
ahí en algo contribuí a la formación de él y sus compañeros, que junto con
Robinson Roca, nuestro Contramaestre de cargo, lideraron esta actividad como un
detalle de caballeros de mar. Allí en esa comida, estaban otros tantos amigos
de grado Suboficial Primero. En fin muy bien acompañado.
Como colofón de lo que sentí este día, regreso a
la primera parte de este relato, siento que de aquí me voy a llevar muchos
amigos en mi corazón y cuando nos veamos, sentiremos la alegría de encontrarnos
con alguien que queremos por siempre. Hasta ahora la lista es larga, en ella
están entre otros el “Chapa”, el “Balle”, Oscar, Abner, Johan, el “Roma”, Gary,
Harold, Cristian, el “Rucho” y gracias a Dios, un largo etcétera. ”
amigos!
Interesante ese viaje que ya debe venir de regreso ya que mi yerno el capitán Carlos Andrés Escobar Silva fue el anterior comandante cuidando la frontera marítima con Nicaragua Buen regreso
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